Cuando el consumo de alcohol se vuelve una adicción

El consumo de alcohol está sumamente naturalizado en nuestra sociedad. Sabemos que su venta, compra y consumo son legales, lo que lo convierte en una sustancia popular y de fácil adquisición. Sin embargo, el consumo de esta sustancia puede devenir en una adicción, una problemática muy frecuente en el campo de la salud mental.

En este artículo hablaremos sobre el proceso adictivo del alcohol, cómo puede afectar a las personas, sus síntomas, posibles causas, consecuencias para la salud y de su tratamiento.

La adicción al alcohol o alcoholismo, es la necesidad física y psicológica de beber alcohol y la incapacidad para limitar o dejar de beber una vez que se comenzó a hacerlo. Hablamos de consumo problemático cuando esta dependencia empieza a entrometerse en nuestra vida diaria y termina afectando a todo nuestro entorno: familia, amigos, trabajo, etcétera.

Considerando las etapas de la adicción, todo comienza por un consumo ocasional. Cuando beber alcohol se vuelve habitual y se establece un patrón de consumo regular, este uso puede volverse una dependencia y por lo tanto se traduce en un consumo de abuso donde la persona comienza a beber con más frecuencia acortando el tiempo entre ingestas o bien aumentando la cantidad de etanol, en este punto es necesario aclarar que el cuerpo se va acostumbrando a la ingesta y necesita beber cada vez más para sentir los mismos efectos, esto se conoce como tolerancia alcohólica y tiene un rol importante en el proceso, incluso para poder diagnosticar el trastorno de alcoholismo y poder hablar de adicción.

El alcoholismo puede tener diversos síntomas que varían según la cantidad de alcohol consumida, la frecuencia del consumo y la tolerancia individual de la persona. A nivel físico, quien padece un consumo problemático puede experimentar síntomas o síndrome de abstinencia al intentar reducir o dejar de beber.

Esta abstinencia al dejar de beber se presenta como sensación de malestar, pesadez, sudoración excesiva, dificultad para dormir, temblores, ansiedad, irritabilidad, estados depresivos, pérdida de apetito, falta de concentración, cefaleas, etc.

Desde el punto de vista social, la alerta suena cuando esta dependencia influye en nuestro comportamiento y vida diaria, repercutiendo en las relaciones personales o laborales: la persona se aparta de ciertos intereses en favor de actividades que implican beber alcohol, se aleja de la familia o amigos y pasa a frecuentar un entorno donde beber en exceso está naturalizado, no puede desempeñarse efectivamente en su trabajo, entre otras. Hay que tener presente que el alcohol incrementa el grado de violencia y agresividad porque es un desinhibidor de la conducta.

Las personas beben alcohol por muchas razones diferentes, incluso muchas veces ese fenómeno se da sin demasiada conciencia de ello ya que estamos en una sociedad donde el consumo de alcohol está normalizado, algunos beben para divertirse, para superar miedos, fobias sociales, timidez, ansiedad, estados depresivos, para transitar el miedo o el sufrimiento entre otras muchas razones.

El trastorno de adicción se desarrolla en un determinado porcentaje de la población y las causas pueden ser varias, o la suma de algunas de ellas (predisposición genética, entorno, factores emocionales y evidentemente el contacto con la sustancia).

Algo muy importante en la prevención del alcoholismo es la edad de inicio en el consumo, se consideran vulnerables los cerebros todavía en desarrollo (hasta los 21 años) y el riesgo de desarrollar una adicción si hay ingestas antes de esta edad es bastante más elevado que una vez el cerebro está desarrollado, cabe recordar que estamos en una sociedad donde la edad de inicio de consumo de alcohol y otras sustancias adictivas es muy prematura y como sociedad lo tenemos totalmente normalizado.

El consumo crónico de alcohol en cantidad puede generar complicaciones para la salud, afecta a todos los órganos vitales y atraviesa la barrera hematoencefálica con lo que afecta a todas las áreas de conducta y motoras del cerebro:

  • enfermedad hepática (como hígado graso alcohólico, hepatitis alcohólica o cirrosis alcohólica)
  • presión arterial alta y otros problemas cardíacos (como daño en el músculo cardíaco, cardiopatía y accidente cerebrovascular)
  • cáncer (de hígado, estómago, intestino, recto, pulmón, páncreas y mamas)
  • pérdida de la memoria
  • depresión
  • sentimientos suicidas
  • problemas con la vida sexual
  • demencia alcohólica
  • pancreatitis

Recuperar tu vida es posible. Pedir ayuda es el primer paso.

CT-Vallès es un centro terapéutico especializado en el tratamiento de adicciones que puede ayudarte a superar el alcoholismo y otros trastornos relacionados con la adicción.

Nuestro equipo de profesionales cuenta con una amplia experiencia en el tratamiento de las adicciones y trabaja con compromiso para brindar una atención personalizada y humanizada tanto a nuestros pacientes como a sus familiares.

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