¿Cómo convivir con una persona adicta?

Convivir con un adicto es siempre un desafío. Durante su batalla con la adicción, los individuos experimentan una montaña rusa emocional, lo que puede hacer que la comunicación y la convivencia sean extremadamente complicadas. La adicción no solo afecta a quien la padece, sino también a la salud mental de quienes lo rodean.
En este artículo, exploraremos los desafíos emocionales y prácticos de convivir con un adicto. Además, proporcionaremos consejos útiles para ayudarte a navegar por esta situación tan difícil. Reconociendo el peso de la familia en el proceso de recuperación, abordaremos la importancia del acompañamiento psicológico también para el familiar.

La adicción no solo es una lucha personal, sino que se convierte en un problema que afecta a todo el entorno. ¿Por qué sucede esto? Porque la enfermedad rompe la dinámica familiar, laboral y social.

La persona adicta manipula, miente y experimenta emociones complejas y cambiantes. Los familiares se encuentran lidiando con una amplia gama de sentimientos mientras intentan comprender y enfrentar la adicción de su ser querido. Asimismo, interactúan otros factores que generan tensiones y malestar familiar: la falta de límites hacia la persona adicta, el desconocimiento sobre la enfermedad por parte de las familias, los factores biológicos, o todos ellos juntos.

Es necesario en este punto hace una aclaración para evitar generalizaciones. La adicción siempre repercute en el entorno familiar, pero la profundidad del impacto variará de acuerdo a múltiples factores, como el tipo de sustancia, el tiempo que la persona lleva consumiendo, el nivel de consumo y las características familiares. El impacto no es el mismo cuando hay hijos de por medio, por ejemplo. De la misma manera, el nivel socioeconómico afectará sustancialmente la situación. La familia de una persona que consume cocaína y tiene buen nivel adquisitivo quizás no vea nunca afectada su parte económica, mientras que la adicción de una persona con bajos recursos probablemente impacte de manera profunda en la economía familiar. Las consecuencias pueden ser aún peores dependiendo del tipo de adicción, como en el caso de la ludopatía.

Los escenarios familiares alterados por la adicción son variados. Entre los más frecuentes encontramos la falta de cuidado hacia la economía familiar, el abandono temporal del hogar ya que la persona puede pasarse días fuera, las alteraciones en su estado de ánimo que puede variar repentinamente entre agresividad, angustia, tristeza, irritabilidad, el abandono de responsabilidades familiares.

Durante la convivencia, es muy común que el familiar se sienta solo, en especial cuando se trata de la pareja de la persona adicta. Experimentan un sentimiento de desamparo ya que sienten que su compañero/a no es la misma persona y que todas las cargas de la casa recaen sobre ella.
Por otro lado, una persona dependiente de la droga, también se vuelve más dependiente de su pareja, creando una codependencia que puede acabar en una relación tóxica para ambos. Convivir con una persona adicta hace que surjan un conjunto de emociones que van desde la ira y frustración hasta la culpa de no saber qué hacer ante esa situación. En ocasiones, la pareja del adicto puede llegar a deprimirse por no ser capaz de ayudar a su pareja.

Por eso insistimos en la importancia del acompañamiento psicológico no solo para la persona con adicción, sino también para la familia.

Los familiares de la persona con adicción también necesitan atención

Un profesional puede brindarte un espacio seguro para expresar tus emociones, explorar tus preocupaciones y encontrar estrategias efectivas para lidiar con la situación. El objetivo es adquirir determinadas herramientas que puedan ayudare a abordar la adicción y, por lo tanto a la persona adicta. A través de la terapia, puedes trabajar en tu propio bienestar emocional, fortalecerte para establecer límites saludables y fomentar una comunicación abierta y honesta.

En CT Vallès ofrecemos acompañamiento a familiares para brindarte herramientas que te permitan afrontar el problema despojándote de la culpabilidad, la vergüenza o la soledad que puedas estar sintiendo. Al mismo tiempo, adquirir información sobre esta problemática es indispensable para reducir la angustia y la desesperación, desestigmatizar la enfermedad y establecer pautas de comunicación para mejorar la convivencia y colaborar en el proceso de recuperación de nuestro ser querido.

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